Clarin.comViva25/01/16 - 20:38
Personaje.Heredero de un título de nobleza
que dio un Papa, Niccoló Branca dirige la más argentina de las empresas
italianas. Cuenta la historia del fernet y revela algunos (no todos) de sus
secretos.
Eugenio Maestri
Diluvia en Tortuguitas. El Niño descarga
toda su furia y una cortina de agua cubre el edificio de la moderna planta de
elaboración de una de las bebidas preferidas de los argentinos: el fernet. Y
para ser más precisos, del fernet con cola. Un fenómeno que arrancó hace varios
años en la provincia de Córdoba al ritmo del cuarteto y que luego se expandió a
todo el país. Boliches de moda incluidos.
Luego de una leve espera, aparece el conde
Niccolò Branca, quinta generación al frente de la empresa familiar Fratelli
Branca. De visita en la Argentina, vino a participar de los festejos por los
170 años de la compañía que hoy es un símbolo italiano. Una historia que nació
en Milán, en 1845, de la mano de il signore Bernardino Branca, un boticario
que, como un alquimista, comenzó a combinar hierbas para hacer una bebida que
facilitara la digestión. Mucha agua (o fernet, mejor dicho) pasó debajo del
puente desde entonces. El grupo creció. La marca se instaló y globalizó y hoy
por hoy se bebe en 160 países alrededor del mundo.
La relación de la Argentina con el fernet
es muy particular. La primera fábrica instalada fuera de Italia fue en Buenos
Aires, en el barrio de Parque de los Patricios. En el año 2000, la empresa mudó
sus instalaciones a Tortuguitas. Instalada con maquinarias y tecnología de
punta, aquí se producen hoy unos cincuenta millones de litros al año. La
mayoría, el 90%, se consume en el país y el diez por ciento restante se
exporta. Para que se entienda la importancia de la Argentina en los números de
Fratelli Branca, en Italia la producción es de 15 millones de litros.
Delgado, de impecable saco y pantalón azul,
corbata al tono, anteojos, y prolija barba, el conde Niccolò Branca (el título
nobiliario se lo dio a la familia el Papa Pío XI en 1930 y él lo heredó) lleva
muy bien sus cincuenta y largos años. Al frente de una empresa que trasciende
lo familiar, relajado a pesar de la lluvia intensa que no dio respiro en todo
el día y de una reunión pendiente en pocas horas en la Embajada italiana, a lo
largo de la charla verterá conceptos, analizará el mundo fernet. Dirá que una
de las claves del éxito empresarial es ser “actuales en el tiempo. El fernet es
un producto de 170 años, tiene mucho valor en el mundo. Lo que arrancó como una
fórmula secreta, con una selección de hierbas, que nació como medicinal, hoy,
con la misma calidad, se actualizó. Se puede mixear en cócteles o tomar como
aperitivo. Y esto es porque ha mantenido una buena propuesta original.
Permanece porque somos actuales. Lo mismo que sucede con una buena música, una
buena ópera.”
Al por qué esa bebida, que nació como un
amaro, con intenciones medicinales, se transformó en un fenómeno en el país no
le encuentra “una explicación lógica”: “El fernet ya es parte de la cultura
argentina. Es argentino a nivel masivo porque ustedes han hecho del fernet con
cola un producto bandera, un invento con mucho suceso”. Para lograr esta
simbiosis que existe con la Argentina, considera que mucho tuvo que ver la
inmigración italiana que llegó a estas pampas y que por eso decidieron que se
empezara a fabricar y producir aquí a principios del siglo pasado.
Con una fórmula secreta que poquísimos
conocen en su totalidad, el Conde apenas esboza que permanece inalterable desde
su creación, en 1845. Es una mezcla de hierbas. El secreto es propio del dosaje
de cada una de ellas. El proceso de elaboración es lento y complejo. Las
materias primas (hierbas, flores, frutos, cortezas y raíces) llegan desde los
cinco continentes. Algunas de esas materias primas son molidas, para luego
extraerles sus aromas, sabores y principios activos que formarán parte del
fernet. Luego hay variados procesos de extracción. En algunos se utilizan agua
a diferentes temperaturas y en otros alcohol o mezclas de alcohol y agua. De
esta manera van naciendo diferentes semielaborados; a medida que avanza el
proceso, algunos se van reagrupando con otros, formando nuevos. Luego, se
mezclan en tanques especiales, incorporando la cantidad justa de alcohol y de
agua. Es en este momento cuando “nace” el fernet, pero antes debe reposar un
año en cubas y toneles de roble de Eslavonia para iniciar una lenta maduración.
Así, en reposo, experimentará modificaciones hasta alcanzar el sabor y el aroma
propio del fernet. Luego de un filtrado, se inicia su embotellamiento. Ya
cumplido el período de maduración, llega a los consumidores.
Ahora, ¿por qué se llama fernet? Explica el
Conde: “Es una palabra imprecisa. La leyenda dice que viene de un vocablo
milanés. Se usaba un hierro caliente para mezclar las hierbas. Hierro caliente
se dice ferro neto y ahí hay una derivación. También hay otra leyenda que dice
que había un dottore que se llamaba Fernet. Todo es parte de la leyenda.”
A lo largo de sus 170 años de historia, los
afiches de la empresa son una marca registrada. Pioneros en contratar artistas
para que realizaran los carteles publicitarios que comunicaban la imagen de la
compañía, también organizan Arte Unico, un concurso en el que ilustradores de
todas partes presentan sus trabajos. El ganador será el afiche de la compañía
ese año. Al respecto, Niccolò Branca dice: “En los años 1892/93 se empezó a
trabajar con artistas para que realizaran publicidades para el mercado
internacional. Ahí fue cuando se decidió que un águila fuera la imagen
representativa de la marca. Se eligió un animal auténtico, fuerte, que guarda
lejanía.” También destaca el trabajo que hacen los bartenders para la compañía:
“El aporte es muy grande porque usan el fernet para hacer cócteles; es un
reconocimiento a la calidad y la bondad de nuestro producto. Le da otro valor”.
¿Y al final, cómo se bebe? ¿Solo, con
hielo, con cola, en tragos? Responde el Conde: “La Argentina ha enseñado a
tomarlo con cola. El año pasado, en la Expo Milán, aceptaron esta variante.
También se bebe Branca Sour, como el cóctel. O solo. O con hielo. Todo esto
habla de la versatilidad del producto”.